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José Antonio Cambronero, asegurar las fronteras de Sudamérica frente a las crecientes amenazas

En los últimos años, la seguridad fronteriza ha mantenido un papel central en la cooperación entre Europa y Sudamérica. Ante el aumento de los flujos migratorios, la trata de seres humanos, el tráfico ilícito de migrantes y los delitos contra el medio ambiente son de especial preocupación. Eurofront, un proyecto europeo que se ha desplegado a lo largo de cuatro fronteras estratégicas de Sudamérica, lleva tres años trabajando para reforzar las capacidades de gestión integrada de fronteras y luchar contra la trata de seres humanos y el tráfico de migrantes. Esta cooperación Norte-Sur podría recibir un nuevo impulso tras la cumbre UE-CELAC del pasado julio. Entrevista con José Antonio Cambronero, Comisario de la Policía Nacional española y Director del Componente 1 del programa Eurofront. Por Geoffrey Comte
Jose-Antonio-Cambronero

Violencia endógena y transnacional

El continente latinoamericano está formado por fronteras porosas, donde prosperan tanto la economía informal como la migración intrarregional. Esto supone un reto importante para la seguridad fronteriza, pero los políticos y las fuerzas policiales no parecen poder afrontarlo, debido principalmente a una falta crónica de financiación y de mano de obra cualificada. «Se producen importantes movimientos de personas hacia otros países o fuera de la región. Según diversos informes internacionales, casi cinco millones de venezolanos han abandonado su país, aunque la cifra real puede ser mayor», afirma José Antonio Cambronero.

La pandemia de coronavirus no ha hecho más que acelerar «el aumento de los flujos migratorios no tradicionales, especialmente de los migrantes haitianos y cubanos, pero también los movimientos migratorios irregulares de ciudadanos procedentes de Asia y África, así como de Estados Unidos. En 2022 se produjeron unas 250 000 entradas irregulares, casi el doble que en 2021. En 2023 ya se han superado las cifras históricas del año pasado y, si esta tendencia continúa, este año podría terminar con más de 400 000 personas cruzando la frontera», indica el responsable del programa Eurofront. Y continúa: «esta región también es una zona donde proliferan las amenazas asociadas a estos movimientos de personas, con frecuencia vulnerables, como la trata de seres humanos, el tráfico ilícito de migrantes y los delitos contra el medio ambiente. En este sentido, nos preocupa especialmente la ruta migratoria irregular que atraviesa el Tapón del Darién entre Colombia y Panamá, donde las amenazas del tráfico de personas y los delitos contra el medio ambiente son especialmente graves. La presencia de bandas criminales expone a los migrantes a la violencia, incluyendo abusos sexuales».

Compartir las prácticas europeas

“[Eurofront] [Eurofront] tiene como objetivo contribuir a una mayor seguridad en la región latinoamericana mediante el fortalecimiento de las capacidades institucionales y la coordinación de los organismos públicos que gestionan las fronteras, mediante la aplicación de mecanismos de gestión de la migración que faciliten la movilidad humana, el apoyo a la migración segura, la lucha contra la trata de seres humanos y el tráfico de migrantes, así como la introducción de elementos avanzados de gestión integrada de fronteras, incluida la praxis desarrollada por la Unión Europea en forma de buenas prácticas, protocolos y lecciones aprendidas», explica el director. Un proyecto europeo desplegado a través de cuatro fronteras estratégicas, en las que participan nada menos que siete países: Rumichaca (Colombia-Ecuador), la Triple Frontera (Argentina-Brasil-Paraguay), Desaguadero (Bolivia-Perú) y Aguas Blancas-Bermejo (Argentina-Bolivia).

«El trabajo lo llevan a cabo expertos europeos que visitan los países asociados con la intención de transferir el conocimiento y la experiencia que han adquirido en la gestión de fronteras en el espacio Schengen, que considero muy valiosa en la región. El programa está diseñado como una acción piloto que se aplicará inicialmente en las cuatro fronteras, con el fin de crear un modelo válido que pueda transferirse y reproducirse en otros puestos fronterizos relevantes de la región. Sin embargo, no está previsto añadir ninguno nuevo en esta fase inicial. […] Las soluciones se han planteado a nivel regional, para poder armonizar la normativa de control fronterizo y de lucha contra la delincuencia, contribuyendo así al posicionamiento de la gestión integrada de fronteras en ámbitos de impacto y toma de decisiones, así como a la creación de redes regionales que permitan el intercambio de información operativa y la coordinación de acciones conjuntas en la lucha contra delitos de marcado carácter transnacional», señala el comisario español.

Sinergias birregionales

Ya se han trazado las líneas de actuación para los próximos años con el fin de mejorar la seguridad fronteriza. «Se está desarrollando un ambicioso programa para reforzar la capacidad de los operadores fronterizos, prestando especial atención a los instrumentos, mecanismos y métodos de control de fronteras, el respeto de los derechos humanos en la frontera, la igualdad de género, la ética, la lucha contra la corrupción, la investigación criminal, el análisis de riesgos y la inteligencia. Un elemento clave de la gestión de fronteras en la región es la lucha contra las amenazas que suponen la trata de seres humanos y el tráfico ilícito de migrantes. Para ello, se está trabajando con los países de la región para reforzar las estrategias de prevención, asistencia e investigación de estos delitos. Está previsto establecer una plataforma entre los países de la región que sirva de marco para el intercambio de formación y buenas prácticas, con el objetivo de mejorar la detección precoz, la asistencia y la protección de las víctimas», anuncia el representante español.

Para ello habrá que apoyar la creación de grupos de trabajo dedicados a estas cuestiones en el mismo seno de las instancias de diálogo regionales, como el Mercosur y la Comunidad Andina de Naciones (CAN).[1] El otro reto consistirá en transponer las normas europeas en todo el continente, aprovechando la normativa vigente sobre cooperación policial transfronteriza, control biométrico y gestión de bases de datos de identificación de personas. El intercambio de experiencias y buenas prácticas europeas podría allanar el camino para futuros programas de cooperación birregionales.

[1] Redacción, Líneas estratégicas EUROFRONT 2022, https://www.programaeurofront.eu/0/novedad/lineas-estrategicas-eurofront-2022, 7 marzo de 2022.

¿Un nuevo impulso?

Tras la cumbre UE-CELAC del pasado mes de julio, el desarrollo de los programas europeos podría beneficiarse del nuevo impulso diplomático entre los dos continentes. «La coordinación con otros programas regionales de la UE es estratégica y añade valor a nuestra intervención, ya que nos permite eliminar la duplicación de esfuerzos y racionalizar nuestras actividades para obtener el mayor rendimiento posible», afirma José Antonio Cambronero. Y concluye: «nuestro objetivo es seguir aunando esfuerzos y multiplicando los resultados a partir de las sinergias temáticas en materia de seguridad que hemos establecido, no solo con Copolad III y El PAcCTO, sino también con otros programas con temáticas y enfoques complementarios en la región, como SEACOP V o los programas bilaterales de la UE de apoyo a las fuerzas de seguridad en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado en Perú y Bolivia, todos ellos gestionados por la FIIAPP (Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas), que trabaja en la mejora de los sistemas públicos mediante la gestión de proyectos de cooperación internacional».

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