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Gestión de crisis: América Latina se prepara

Con más de 1200 catástrofes naturales desde el inicio del s. XXI, la ONU clasificó en 2020 a América Latina como la segunda región del mundo más expuesta a fenómenos extremos. Este riesgo, unido a otras fragilidades que pueden exacerbar sus efectos, marca un giro necesario en la acción de los Estados hacia una mejor protección de las poblaciones, así como a un aumento de los recursos destinados a la protección. Por Alexis Papin
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Poblaciones ante una acumulación de riesgos

«Es probable que en 2023 las vulnerabilidades multidimensionales, las necesidades de protección y humanitarias continúen, e incluso se agraven», declaró en su informe del pasado 1 de diciembre la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios sobre la situación de América Latina [1]. Una observación tanto más difícil cuanto que se suma a la realidad actual de una región que intenta recuperarse de los devastadores efectos de la pandemia. Según Reuters, fue responsable de la muerte de casi 1,7 millones de personas en la región. La pandemia ha agravado las situaciones de precariedad. La vulnerabilidad de las poblaciones es una consecuencia de este aumento de la fragilidad. La ONU calcula que habrá 1,3 millones de personas más que necesitarán asistencia humanitaria durante el año que viene, debido al agravamiento de la inseguridad alimentaria, a las consecuencias del calentamiento climático y a la violencia crónica.

[1] “2023 Global Humanitarian Overview”, OCHA, 1 December 2022.

Hacer frente a las emergencias

Ante la creciente necesidad de protección de las poblaciones, los países de la región se organizan y establecen colaboraciones para hacer frente a los problemas que ignoran las fronteras, como las catástrofes naturales que azotan el continente periódicamente. La Unión Europea se ha ofrecido para compartir la experiencia de su mecanismo de protección civil con motivo de los incendios de 2017 en Perú y de 2019 en Bolivia. Para algunos países, es algo más que una simple ayuda, es una verdadera asociación que permite reducir los riesgos. En 2019, Bolivia recibió a un experto medioambiental de la UE en el marco del programa de Iniciativa sobre la capacidad de reducción de los desastres.[2] Recientemente, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) ha tomado la delantera en la adopción de una postura proactiva orientada hacia la internacionalización. Además del vínculo económico establecido entre la región de Sudamérica y China, su primer socio comercial, la cooperación se ha ampliado a través del primer «Plan de acción conjunto de cooperación en áreas claves 2022-2024», adoptado el 3 diciembre de 2021 y que prevé el establecimiento de «mecanismos de cooperación para el manejo de emergencias y promover intercambios y cooperación en prevención». Más allá de los compromisos políticos, algunos países también han optado por una cooperación técnica, que les permita responder lo mejor posible a las consecuencias de las crisis. En 2021, la asociación iniciada diez años antes entre el Departamento de Vienne (Francia) y la Provincia de Jujuy –en el noreste de Argentina, en la frontera con Chile y Bolivia— ha sido seleccionada por la Agencia Francesa de Desarrollo, en el marco del procedimiento de financiación FICOL (Facilitad de Financiación de las Colectividades Territoriales). El proyecto, que durará hasta 2024, cubre cuatro áreas: gestión de crisis, lucha contra los incendios forestales, respuesta a las emergencias desde vehículos y gestión de rescates médicos extrahospitalarios y hospitalarios. El objetivo general es formar a los bomberos de Jujuy para enfrentarse a catástrofes de gran envergadura, cuando sea necesario.[3] En 2019, la fundación Airbus proporcionó un avión con un destacamento a bordo de 38 bomberos militares de Seguridad Civil. Dirección: Bolivia. En colaboración con las autoridades bolivianas, el objetivo era participar en la lucha contra los incendios en la región de Santa Cruz. Este avión transportaba asimismo el material necesario para las tareas de rescate y una donación a Bolivia de casi dos toneladas de equipos de lucha contra incendios procedente de los recursos nacionales de Seguridad Civil. También contaron con la presencia de tres especialistas del Ministerio del Interior, que formaban parte de un equipo europeo de protección civil, con la misión de coordinar a los equipos sobre el terreno. Además, Francia proporcionó a Bolivia cuatro pilotos de drones militares de rescate de Seguridad Civil y tres drones de reconocimiento y localización de incendios, así como un bombero experto en investigación aérea.[4]

Entre los drones con capacidad para realizar misiones de reconocimiento y vigilancia durante accidentes o catástrofes naturales, el microdrón Diodon HP30 cuenta con una estructura hinchable que le aporta una gran resistencia. Esto le permite despegar y aterrizar en cualquier terreno accidentado. Solo se necesita un operador para su instalación, lo que aumenta su velocidad de implantación. Exavision, con su solución Nemosys Fire Duo, también se ocupa de la prevención de incendios. La cámara inteligente Nemosys Fire Duo permite analizar imágenes mediante un barrido continuo de 360°, las 24 horas al día. Puede medir las diferencias de temperatura para evaluar la gravedad de una situación. La cámara está equipada con un algoritmo de tratamiento que permite la detección en tiempo real de los puntos calientes según los umbrales configurables. Por último, el uso de imágenes vía satélite para la seguridad de la población supone un nuevo reto, como también lo son la evaluación de los daños y la facilitación de la intervención de los servicios de rescate en caso de peligro. La ampliación de los usos de emergencia de las imágenes por satélite a escalas más regionales o incluso locales es uno de los avances importantes más esperados.

A principios de 2023, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) finalizó su apoyo a Argentina, Chile, México y Perú para que desarrollaran sus propios centros especializados en técnicas de ensayo nuclear no destructivo Estas soluciones permitirán identificar los defectos de una estructura, ya sea una carretera, un edificio o un puente, para obtener un análisis minucioso de las consecuencias de una catástrofe.[5]

[2] “European Civil Protection and Humanitarian Aid Operations: South America”, European Commission website.
[3] https://www.departements.fr/wp-content/uploads/2022/11/RAPPORT-AFD_-DF_SECURITE-CIVILE-COOPERATION-DECENTRALISEE-PRINT.pdf
[4] https://www.latribune.fr/entreprises-finance/industrie/energie-environnement/sept-pays-d-amerique-du-sud-s-engagent-a-proteger-l-amazonie-827448.html
[5] « Latin America, Caribbean Achieves Capability in Using Nuclear Techniques to Respond to Natural Disasters », IAEA, 9 January 2023.

La prevención crece

En 2021, la Organización Meteorológica Mundial anunció que los sistemas de alerta en la región latinoamericana eran insuficientes, lo que derivaba en una falta de prevención de catástrofes. ara responder a esta necesidad, los países de la región muestran ahora un claro interés en el despliegue de nuevos sistemas. Las partes implicadas en el SAE se organizan de forma descentralizada, a escala comunitaria, provincial, regional y nacional, para emitir evaluaciones de riegos en tiempo real.[6] Las partes implicadas en el SAE se organizan de forma descentralizada, a escala comunitaria, provincial, regional y nacional, para emitir evaluaciones de riegos en tiempo real.[7] El despliegue de estas unidades permite ofrecer refugio preventivo a las poblaciones en peligro. El Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) de Perú anunció el pasado 16 de enero el cierre de 85 de sus puertos, además de la suspensión de las actividades pesqueras, tras haber identificado fuertes marejadas.[8]

En Brasil y en Argentina, el alto riesgo de corrimientos de tierra exige también un gran avance de los sistemas de detección, en concreto en materia de sensores de inclinación GPS y de presión. Otro problema es la identificación de los focos de incendio en los países atravesados por el Amazonas. Brasil está invirtiendo en imágenes por satélite y ya ha elegido la inteligencia artificial desarrollada por Omdena para ayudarle a detectar incendios forestales mediante cámaras de 360°.[9] A partir de estos nuevos usos, es posible que los dispositivos de preparación aceleren drásticamente su modernización en todo el continente.

[6]« Sistema de Alerta de Emergencias será obligatorio para todos los teléfonos y redes móviles del país », Gobierno de Chile, 2017.
[7] « Autoridades oficializan el fin de Onemi: Será reemplazada por Senapred en enero de 2023 », T13, 16 November 2022.
[8] « Indeci: cierran 85 puertos del litoral ante ocurrencia de oleajes de ligera a fuerte intensidad », El Peruano, 16 January 2023.
[9] « Applying Deep Learning to Detect Wildfires », Omdena.